Todo comenzó cuando me desperté. Eran las seis y media de la
mañana y mi madre ya estaba despierta preparándome las cosas para irme.
Después de que desayunara, me vestí y mi padre me llevó al
colegio donde mis compañeros esperaban para irse al igual que yo.
Cuando me monté en el autobús, me senté con Miguel que es mi
amigo. Luego me recosté en el asiento y me dormí un poco. Más tarde escuché
música con el mp5 de Miguel.
Después de un viaje tan largo, más o menos dos horas,
llegamos al salón de las Ciencias de Granada.
Primero, fuimos a una sala muy grande del cuerpo humano,
donde un señor nos explicó las distintas y emocionantes funciones de nuestro
cuerpo y hasta vimos un corazón gigante real. También estuvimos en otra sala,
que para mí fue la más fascinante, donde pudimos observar cabezas reducidas.
Nos explicaron cómo eran las momias y por qué tenían un aspecto tan raro. (Os
estaréis preguntando de qué sala estoy hablando, claro que no lo he dicho
antes, pues se trata de la de las “momias”, era evidente que lo supierais
porque antes las nombré).
Después vimos un espectáculo de aves rapaces donde habían:
lechuzas, búhos, el halcón y el águila. Nos dijeron incluso cómo
diferenciarlas.
Por último, fuimos al mariposario donde por cierto hacía
mucho calor y por supuesto había muchas mariposas. Cuando finalizó la visita
fuimos de regreso a Fuengirola y sobre las cinco y media llegamos al colegio
donde nos esperaban nuestros padres.
Gabriel
Eran las 6:45 de la mañana y sonó mi despertador. Me levanté
contenta y entusiasmada, ya que había llegado el día de ir al Parque de la
Ciencia, y lo mejor, ¡iba con mis amigos! Llegó la hora de irme de casa y coger
el autobús.
Mi mochila ese día iba diferente ya que llevaba bocadillos:
uno para la mañana y otro para el almuerzo. También llevaba doritos, pringels y
chicles pero, que no se me olvide decir lo más preciado que llevaba mi mochila,
mis cascos y mi móvil.
Al llegar al cole, a los primeros que vimos Erika y yo
fueron a Christian, a Juan Fran y a sus madres. No veas la alegría que me entró
al ver a Tor, el perrito de Christian.
Llegó la hora de empezar el viaje. Nosotros decidimos
ponernos en las sillas del medio, delante de la segunda puerta. Durante el
viaje escuché música, vi vídeos y sobre todo, hablé con mis amigos.
Antes de llegar, hicimos una parada para desayunar. Ya que
no nos podíamos sentar fuera porque había caído granizo, nos tuvimos que sentar
dentro, pro el profe nos advirtió que como hiciéramos ruido nos echaba de la
cafetería.
Después de desayunar fuimos al Parque de la Ciencia ya sin
interrupciones. Al llegar estuvimos dos o tres minutos esperando para entrar.
Cuando entramos, una mujer nos explicó lo que íbamos a ver con el guía.
Empezamos por el cuerpo humano, donde el guía nos explicó muchas curiosidades
interesantes. Allí nos enseñaron la salud y la vida pero de aquello lo que más
me sorprendió fueron los pulmones de una persona que fumaba y los de una persona
que no.
Lo siguiente que vimos fueron las momias testigos del
pasado. Había momias de todas las edades: bebés, jóvenes, mayores… a través de
ellas podemos aprender muchas cosas.
Lo más divertido que pasó en esta zona fue que curiosamente
me encontré a una momia haciendo el corte de manga y como comprenderás, no me
pude resistir y decírselo a mis compañeros.
Luego el guía nos llevó a una parte donde había un piano
grande y precioso. A continuación nos dejó para que viéramos lo que nos
quedaba.
Primero fuimos al mariposario donde podíamos ver mariposas,
muchos tipos de ellas. Había una pequeña cascada donde se posaba una preciosa
mariposa azul. Pero me pregunto yo ¿cómo seres tan bonitos pueden morir en tan
pocos días? Pues no sé.
Luego vimos un espectáculo de aves rapaces. Allí tuvimos la
oportunidad de observar aves como el buitre, el halcón, el búho… Conocimos la forma de cazar y sus diferentes
vuelos.
Por fin nos fuimos a almorzar donde un grupo de amigos
mayores nos invitaron a jugar y a bailar con ellos. Ese momento fue inolvidable
para mí.
Nuestro último recorrido en el parque de la Ciencia fue el
planetario, donde nos pusieron una peli sobre las estrellas. Yo casi me quedo
dormida ya que tenían unas sillas supercómodas y se podía decir que yo estaba
en las estrellas.
Finalizada la visita al planetario, fuimos a una tienda
donde nos compramos tonterías (según nuestras madres). Y todos con muy pocas
ganas volvimos al autobús para regresar.
Así terminó el recorrido al Parque de las Ciencias (Granada,
carretera Armilla).
Tuve una experiencia inolvidable y si no lo hubiera hecho
con mis amigos, no hubiera sido lo mismo.
Luana
La noche anterior estaba muy ilusionado porque era la
primera vez que iría con mis amigos fuera de nuestra provincia. Tuve que levantarme
muy pronto para no llegar tarde, a las siete y media ya montados en el autobús
pusimos rumbo a Granada.
Durante el viaje iba muy tranquilo mirando el paisaje. A
mitad de camino más o menos, hicimos una pequeña parada para desayunar, me tomé
un rico bocadillo de aceite de oliva con tomate, o como dicen en el pueblo de
mis padres un “hoyo de aceite”.
Al llegar al parque empezamos con la visita guiada, donde
conocimos a un monitor que se llamaba Carlos. Lo primero que vimos fue el viaje
por el cuerpo humano, nos enseñaron las partes del cuerpo. No sé de qué estarían hechas, pero parecían de
verdad. También recuerdo una máquina donde nos midieron la temperatura
corporal, me recordó a los termómetros que nos ponen cuando tenemos fiebre.
Después pasamos a la sala de las momias, donde además de
éstas, pudimos ver esfinges, sarcófagos y jeroglíficos con escrituras muy
antiguas. ¡Cómo disfruté contemplando tantas fuentes históricas que nos han
enseñado como eran las civilizaciones antiguas! Las momias egipcias me
parecieron espectaculares.
Al terminar la visita guiada, ya fuera, visitamos el
mariposario. ¡Hacía mucho calor! Pero mereció la pena porque pudimos ver la
gran variedad de colores que tienen las mariposas.
A continuación asistimos a un espectáculo de aves rapaces
como el búho, la lechuza, el halcón, el buitre y el águila donde nos explicaron
como cazan, vuelan, etc.
Terminado el espectáculo hicimos un descanso para comer, lo
último fue visitar el planetario, aquí observamos una imagen en el techo en
forma de cúpula del cielo con sus estrellas, satélites… estaban tan cerca que
parecía que podíamos tocarlas.
Con esto terminamos la visita a este parque, antes de salir
Nico y yo nos echamos unas fotos de recuerdo.
Ya de vuelta a casa pensé en lo bien que me lo había pasado.
Recordé cosas que ya había estudiado como el sistema solar y otras que hemos
dado como los aparatos de la nutrición.
Ha sido muy interesante, genial, la mejor excursión de mi vida.
Pablo D.
Salimos a las siete y media desde la puerta del colegio
Santa Amalia. Tardamos una hora y media más o menos en llegar, paramos a
desayunar a la mitad del camino.
Al llegar nos separamos en sexto a y sexto b. Yo estaba en
sexto a, con toda mi clase. Primero vimos el cuerpo humano, después las momias
que es lo que más me gusta desde pequeña, después vimos al hombre que habían
matado en el iglú (le pusimos de apodo “Pepe”) a continuación vimos la
magnífica actuación de las aves rapaces. Me gustó mucho porque a Harry, que es
un compañero de sexto b, el ave le pasó por la cabeza.
Después el monitor se fue y nos fuimos con los profesores al
mariposario y almorzamos. Bailamos con unos universitarios y ya nos fuimos, de
vuelta en el autobús. Nos regañó el conductor por tirar chicles al suelo (se
encontró ocho).
Bueno, ya se acabó este maravilloso día en el Parque de las
Ciencias de Granada. Yo en especial le llamo el Parque de la diversión porque
es muy divertido. ¡Ah! Se me olvidó deciros que le compré un regalo a mi madre
y padre: una estatua de un egipcio azul que por cierto les encantó.
Un día maravilloso.
María F.
¡Al fin llegó el día que tanto esperé!
Me levanté a las 7:00 AM, para irme de excursión a Granada. Desayuné
y me vestí. La verdad es que no me abrigué mucho. Me lavé los dientes y me hice
una cola. Mo tenía que preparar mi mochila puesto que el día anterior, antes de
irme a dormir, la hice con ayuda de mi madre.
Solo quedaba ponerme el abrigo y salir a la calle. Una vez
allí, en la calle, quiero decir, me quedé asombrada porque… ¡era casi de noche!
Llegando al colegio vi el precioso sol salir por la mañana. Me
encantó.
Bueno, cuando llegué al autobús, casi habían salido y
aligeré el paso.
El autobús estaba chulísimo, con luces en el interior, los
asientos se echaban para atrás… vamos, un lujo.
A mitad de camino paramos en una gasolinera a desayunar. Y luego
montamos otra vez en este autobús y nos dirigimos hacia el “Museo de las
ciencias” ¡Al fin llegamos! Era gigante. Entramos y lo primero que vimos fue un
enorme elefante con una cebra más pequeña al lado.
Después la monitora nos explicó donde íbamos a ir. Luego cambiamos
con un monitor que era el que nos iba a explicar todos los lugares de allí. Fuimos
al “CUERPO HUMANO” donde vimos muchos corazones, células y todo esto
plastinizado. ¿Qué es plastinizar? Es una forma más fácil de estudiar los
órganos, venas… de nuestro organismo. Tiene una textura de goma y a mí me dio
cosilla tocarlos. Luego vimos momias y daban miedo. También, en esa sala, nos
enseñaron un vídeo de un hombre que había sido encontrado en el hielo. Salimos y
vimos un piano precioso y elegante. Fuimos a una pequeña sala fría donde se
hallaba un hielo gigante. Luego fuimos a almorzar un pequeño tentempié de media
mañana y fuimos corriendo al mariposario. Me quedé asombrada, las mariposas se
mimetizaban muy bien con su entorno. Salimos y nos fuimos a ver las aves
rapaces.
Me fascinó, las aves pasaban por al lado tuya. Luego comimos
y jugamos con unas personas a un juego divertidísimo.
Y lo que más me gustó fue el planetario ¡es increíble!
Luego una amiga mía me compró una estampa chulísima y
después de eso nos tuvimos que volver a Málaga.
La verdad es que me ha encantado ir y lo repetiría en
cualquier momento.
María G.
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